domingo, 19 de marzo de 2017

Y JESÚS LLORÓ


Las multitudes se agolpaban para escuchar a Jesús hablar, unos para coronarlo rey, otros para ser orientados por él y los demás buscaban una razón para matarlo. Cada uno tenía un concepto diferente de Jesucristo, pero su gran mayoría rechazó al Jesús que por tanto tiempo escucharon.
En la Biblia podemos conocer las maravillas que hizo Jesucristo en medio de Israel a fin de que creyeran por estas señales que Él era el Mesías que por tanto tiempo habían esperado, pero ellos lo rechazaron porque buscaban otro Mesías, uno que no muriera en una cruz. La actitud del pueblo de Israel entristeció a Jesucristo.
En la Biblia podemos leer las tres situaciones que entristecieron el corazón de Jesucristo. El primer suceso ocurre en el sepulcro de lázaro (Juan 11: 33-35). Jesucristo lloró acompañando a María, hermana de Lázaro, y a los judíos que estaban con ella. Cuando estés pasando por aflicción recuerda que Jesucristo está contigo pasando ese momento, por lo tanto, no estás solo o sola. El segundo momento en el que vemos que Jesús lloró fue cerca de Jerusalén (Lucas 19: 37-44). Jesucristo lloró al ver una ciudad que seguía perdida, como ovejas sin pastor, sin conocer la Paz, pues la buscaban en todas partes menos en donde estaba, en Jesucristo. Estas situaciones se replican continuamente en nuestras naciones, debido a que el mundo quiere una paz que les permita hacer lo malo sin recibir ningún daño.
La tercera vez que Jesucristo lloró fue antes de morir en la cruz (Marcos 14: 33-34). La razón de la profunda tristeza de Jesucristo fue porque se iba a separar de su Padre a causa de los pecados de los hombres.
Si leemos los evangelios podremos ver que Jesucristo vino como hombre y padeció sufrimientos a causa de nosotros, pero su amor fue tan grande que no renunció a nosotros sino dio su vida por rescate de la nuestra. Es que la tristeza de Jesucristo fue por el amor que nos tenía, que no quería vernos perdidos sino direccionados.
Los que seguían a Jesucristo eran muchos o eso parecía, porque cuando Jesucristo les enseñaba, muchos se marchaban, debido a que sus palabras no eran fácil de aceptar por una sociedad egocéntrica. Aun así, siempre quedaba un pequeño remanente que no volvía para atrás, porque sabían muy bien que solo en Jesucristo estaba la vida eterna.

lunes, 13 de marzo de 2017

¿QUÉ ES SER HOMBRE?


La identidad parece ser el tema que más atrae a los jóvenes en estos tiempos. Las mujeres se han olvidado de lo que es ser mujer y los hombres de lo que es ser hombre y, aunque debería ser algo innato en cada ser humano, no lo es, debido al pecado que ha pervertido al hombre.
El rey David instruyó a su hijo, diciéndole “…esfuérzate y sé hombre…”. No debemos dejarnos derrotar sino esforzarnos, pues eso es ser hombre, pero la instrucción que le hizo este rey a su hijo quedaría vacía si no le hubiera dicho:
“…Guarda los preceptos de Jehová, tu Dios, andando en sus caminos y observando sus estatutos y mandamientos, sus decretos y sus testimonios, de la manera que está escrito en la ley de Moisés…”
El hombre no es el que simplemente emprende proyectos, sino es el que guarda la palabra de Dios, pues el que observa, guarda y anda en la Palabra de Dios es quien prospera en todo. Salomón entendió lo que su padre le dijo, supo que es ser hombre y esto produjo que la bendición del Señor lo alcanzara a él y a su pueblo. El mismo confesó:
“Ahora Jehová, mi Dios, me ha dado paz por todas partes, pues no hay adversario ni males que temer” 1 Reyes 5: 4 (RVR 1995)
Este ejemplo de vida nos enseña, una vez mas, que la respuesta a cualquier pregunta problemática formulada por investigadores es Jesucristo, al igual que a cualquier problema social. No se puede ser hombre si Jesucristo no es quien controla la vida de este ser humano. Si nuestros gobernantes entendieran esto nuestros pueblos no vivirán en tantas guerras.
Los hombres verdaderos son varones de fe[1], como Abraham que le creyó a Dios (Romanos 4: 3) y lo dejó todo por causa del Reino Celestial. Ellos no miran por lo suyo sino tienen sus ojos puestos en Dios y en los demás, por eso es que Salomón pidió sabiduría antes que riquezas materiales, para guiar a un pueblo en la dirección del Señor.
Para terminar, es importante, como hombre, que comprendas lo trascendental que es permanecer en la fe en todo momento, aunque las circunstancias sean adversas, pues de no hacerlo, las bendiciones recibidas podrán ser entregadas a otros, como le ocurrió a Salomón a causa de desobedecer a Dios en su vejez. Por lo tanto, ser hombre es permanecer en la fe en Jesucristo esforzándose y siendo valiente hasta la muerte.

REFERENCIAS BÍBLICAS
-      1 Reyes 2 y 5



[1] La fe no requiere obra del pecador, por lo tanto, es creerle a Dios lo que nos justifica ante El.

miércoles, 1 de marzo de 2017

EL SECRETO DE LA ALEGRÍA




El mundo entero está ansioso buscando estar alegre. Corre de aquí para allá y de allá para acá, averiguando de algo que les haga sentir en completo bienestar. Al parecer las drogas han sido una buena oferta al igual que el sexo, pero estos no duran mucho tiempo y lo peor es que el cuerpo no fue diseñado para depender de estas cosas, entonces empiezan a haber enfermedades y terribles sentimientos, peores que los primeros. Y en estas y otras experiencias de muchas personas se llega a la pregunta ¿Qué es aquello que nos puede hacer experimentar alegría, pero sin ser dañino? Aunque pareciesen haber muchas respuestas, solo hay una, la libertad
La libertad no se expresa en tener posesiones materiales, porque la verdad es que estas son vanas, ni tampoco es hacer lo que se quiere, pues no siempre lo que se quiere nos da alegría.
“…Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.”  Juan 8: 31-32 (RVR 1960)
La solución a nuestra esclavitud es el permanecer en lo que Jesucristo dijo, por lo tanto, necesitamos escucharle y creerle. Y si de Jesucristo proviene la libertad entonces podremos disfrutar de la alegría, si le amamos con todo lo que somos.
En los momentos de mayor tenebrosidad y oscuridad se puede comprender que son necesarios los momentos aburridos, tristes y decepcionantes para poder disfrutar aquellos agradables y de triunfo. Por lo tanto no debemos desalentarnos por el menor de los problemas, porque si vivimos las palabras de Jesucristo entonces no hay nada que temer.

Estemos alegres, aunque no tengamos posesiones materiales, pues lo poco o mucho que tengamos siempre será de Dios, por lo tanto, nada es nuestro y nada nos debe preocupar, aunque si debemos ser buenos administradores de lo que hemos recibido. Pero, para terminar este corto escrito, es necesario que sepas que ningún discurso, por más prometedor que parezca, te podrá proveer de alegría, al igual que estas palabras, sino es necesario que experimentes la llenura del Espíritu Santo, la cual es mucho más poderosa y da mayor bienestar que la misma alegría. El secreto de la alegría es que no existe ninguna receta para ser feliz, pues ya todo se ha dicho, cree o rehúsa creer en Cristo.