lunes, 21 de agosto de 2017

DISPUESTO A MORIR POR SU CAUSA Y DEL EVANGELIO


“porque si ustedes viven en conformidad con la carne, morirán; pero si dan muerte a las obras de la carne por medio del Espíritu, entonces vivirán.”  Romanos 8:13 (RVR 196)
Dar muerte a las obras de la carne es la dirección de quienes son hijos de Dios, porque los hijos de Dios son todos aquellos que son guiados por el Espíritu de Dios. Tu dirección, tus deseos, lo que aborreces y amas es la respuesta a tu pregunta: ¿soy salvo?
“Porque el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio la salvará. Pues, ¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero y perder su vida? Porque, ¿qué dará el hombre en rescate por su vida?”  Marcos 8:35-37 (RVA-2015)
La vida eterna es la dirección, es la mirada que tiene un verdadero hijo de Dios, por lo tanto estar dispuesto a morir por causa de Jesucristo y del evangelio es el propósito en esta vida. Nuestra dirección, poner nuestra mirada en Jesucristo, nos santifica, pero desviarnos de su voluntad, es la tentación que nos llevara al pecado, a deshonrar a Dios y aun a despreciar nuestra propia vida.
Charles Spurgeon en su sermón “un Evangelio digno de morir” dijo lo siguiente:
“…Nos dicen que los males de todo tipo se están fortaleciendo, y hermanos, oscuramente profético, nos dicen que tiempos terribles vienen y no puedo decirles cuán terribles van a ser. La nefasta influencia del papa va a regresar de acuerdo a algunos, y nuevamente la ramera de las siete colinas va dominar en toda la tierra. ¿Acaso es así? Ya lo veremos. Si ustedes proclaman el Evangelio con denuedo les digo que no será así. Si el Evangelio de la gracia de Dios es predicado de manera completa y cierta, no puede ser así. Escuchen lo que vio Juan: "Vi a otro ángel que volaba en medio del cielo, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los que habitan en la tierra: a toda nación y raza y lengua y pueblo. Decía a gran voz: ¡Temed a Dios y dadle gloria!" ¿Ven a ese ángel? ¡Observen lo que sigue! Detrás de ese ángel, muy cerca vuela otro heraldo celestial. "Y siguió otro ángel, un segundo, diciendo: ¡Ha caído, ha caído Babilonia la grande! Todas las naciones habían bebido del vino de la furia de su inmoralidad." ¡Vuela, ángel del Evangelio eterno! ¡Vuela, pues con seguridad en la medida que mantengas tu vuelo, ese otro ángel te seguirá proclamando la caída de Babilonia, y de cualquier otro sistema que se oponga a la gracia del Señor Dios Todopoderoso! Que el Señor los mueva por su Nombre. Amén.”[1]
Debemos proclamar el Evangelio de la gracia de Dios. Es nuestra dirección predicar la Palabra, porque el Evangelio es poder de Dios para salvación a todo aquel que en El cree.
Muchos fueron los “mártires” (testigos) que murieron por la causa de Jesucristo con una esperanza viva, con la esperanza de estar en la presencia del Dios vivo y verdadero. Juan Huss fue uno de ellos. Huss murió asesinado en la hoguera por el juicio del concilio ecuménico de la religión católica llamado el concilio de Constanza, ellos lo declararon hereje por exponer con claridad la Palabra de Dios. Huss fue asesinado por decir que:
ü   La verdadera Iglesia era invisible y que solo Cristo era la cabeza de la Iglesia (lea 1 Corintios 11: 3, Colosenses 1: 18, Romanos 12: 5).
ü  Jesucristo es la verdadera Piedra y no Pedro ( lea efesios 2: 20)
ü  El papa, con su corrupción y sus muchos pecados y errores que enseñaba a las personas, era la encarnación del anticristo (mateo 24: 4-5, 1 juan 2: 18-25, apocalipsis 17)
Huss murió en una hoguera pero con la esperanza viva y verdadera en Jesucristo. Su dirección lo mantuvo firme frente a sus acusadores porque tenía un corazón dispuesto a morir por causa de Jesucristo y del evangelio.


[1] Spurgeon, Charles. Un Evangelio digno de morir por Él. Consultado en: http://www.spurgeon.com.mx/sermon1734.html, el 30 de junio del 2015.

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