La idolatría es la causa de la religión[1],
como dice el filósofo judío Gedeón Freudenthal. Por lo anterior la filosofía en
compañía de la idolatría produce una religión, aun asi se entiende que para
muchos teólogos como lo fue para Calvino la religión no fue entendida de esta
manera, sino solo la falsa religión, por lo que si causa molestia la palabra
religión, se podría reemplazar por el concepto de falsa religión, sea como fuera,
en lo que si podríamos estar de acuerdo como cristianos es que el ser humano es un idolatra y filosofo por
naturaleza por lo que es un productor constante de nuevas formas de adoración y
de manera incesante crea sus propios ídolos, como dijo Calvino “¿cuál es el
origen de los ídolos, sino la fantasía y el capricho de los hombres?”[2]
Las religiones del norte o sur, del
oriente o el occidente, son igual de trastornadoras y perturbadoras como
productos de mentes pecaminosas. Por ejemplo, entre las religiones orientales,
se reconocen algunas y otras no tanto, sino muchos han preferido referirse a
estas como tipos de moralidad, asi lo han hecho con el Confucianismo. Confucio
posiblemente no fue un creyente fiel de la antigua religión popular China, pero
si un gran amante del pasado, quizás por su profesión como un gran historiador
nacionalista. Se puede discutir si era una religión, filosofía o ambas lo que
profesaba pero sí se puede estar seguro de que interpretaba su tradición
antigua principalmente desde la moralidad, es decir que aunque no creía en
ninguna divinidad, era un tipo de ateo que buscaba cuidar principalmente lo
material, por lo que tambien algunos teólogos como José Grau lo ven como un
precursor del ateísmo oriental en vez del fundador de una nueva religión, asi
es que lo comparan con Lao-Tse o Zoroastro quienes solo pretendían dirigir a
los hombres a un camino moral o espiritual[3].
Pero ¿el ateísmo no es acaso una religión?
Las diferentes definiciones de religión, filosofía
e idolatría han suavizado las palabras y los términos para no decir la verdad o
decirla de manera imprecisa, pero es necesario ser precisos, en que tanto Confucio,
como Lao Tse, Zoroastro, o cualquier otra persona que ha propuesto un camino
mejor para su salvación es un idolatra, filósofo y religioso (idofire) que en
palabras de Jesús es un ladrón y salteador.
“Volvió, pues, Jesús a decirles: De
cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que
antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las
ovejas. Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y
saldrá, y hallará pastos.” Juan 10: 7-9 (RVR 1960)
Jesucristo es la puerta, no hay otra
puerta, solo es El, por lo tanto las propuestas de estos idofires es una completa
necedad y engaño. Las ovejas lo saben muy bien, aquellos que han sido salvos
por Gracia lo entienden, por lo que no los escuchan, ni les prestan atención,
sino solo a Dios, aunque a veces se equivocan reconocen bien la voz de su
Pastor y con regocijo alaban Su Nombre diciéndole:
“¡Oh profundidad de las riquezas de la
sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e
inescrutables sus caminos! Porque ¿Quién entendió la mente del Señor? ¿O quién
fue su consejero? ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado?
Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por
los siglos. Amén.”
Romanos 11: 33-36 (RVR 1960)
[1] Gedeón Freudenthal. No hay
religión sin idolatría. La Ilustración judía de Mendelssohn.
[2] Calvin, J., de Valera, C., y Río, L.
U., & Goicoecha, E. (2003). Institución de la religión cristiana, p.
43.
[3]
José Grau. Introducción a la Teología (Barcelona, España: CLIE, 1973), 134